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Identidades múltiples en el arte tecnológico
Identidades múltiples en el arte tecnológico
Trabajo teórico-práctico que explorará la
incorporación en el arte de elementos generados en la ficción que afectan las
condiciones sociales del llamado tercer entorno [1], o entorno social-tecnológico.
Estará dedicado a reflexionar sobre las nuevas identidades en el espacio de la red
y a trazar las constantes que, a partir del uso de distintas herramientas
tecnológicas, se han generado respecto a la despersonalización y a las
estrategias de incorporación de dispositivos creados para afectar la “realidad”
a partir de ellas. Su intención es la de revisar la noción de postautonomía,
que ha utilizado la crítica Josefina Ludmer, refiriéndose a nuevos estatutos en
las construcciones ficcionales contemporáneas en literatura. Postautonomía apunta al quebrantamiento
del límite ideal que se le reservaba a muchas disciplinas en el arte y que
ubican la obra como un territorio perteneciente a la fantasía; un espacio
independiente de la construcción de verdad, en el entendido de que trabajar con
elementos ficcionales era trabajar fuera de lo real. La investigación estará encaminada a reflexionar críticamente
acerca de esta idea, usando como referencia trabajos de arte generados desde
finales de los años sesenta, en los que la tecnología haya presentado recursos
para facilitar el surgimiento de identidades artificiales, eficaces en el
terreno de la participación pública. La intención es, por un lado, la reunión
de genealogías teóricas desde las que se haya asumido el problema de las
identidades alternas construidas ex profeso para la afectación de las
circunstancias del presente, y una reunión crítica de trabajos representativos
que, a partir de las líneas teóricas seguidas, hablen sobre distintos modos de realizar
estas intervenciones. A la vez, como parte del trabajo práctico, se producirán cinco
identidades ficcionales relacionadas específicamente con el arte desde
distintas posturas, a la manera de heterónimos que produzcan discurso e incluso
obra, y que operen en la red como motivadores de participación. Estos entes
ficcionales o avatares se introducirán en distintos espacios dentro de internet,
como foros o grupos de discusión, y de los cuales posteriormente se recopilará
toda la interacción generada para realizar un análisis adaptativo de los datos
que den respuesta a diversas interrogantes planteadas en el marco conceptual.
Uno de los niveles de observación será el de establecer un rumbo crítico
que permita regiustrar tendencias y modos de originar nuevos trabajos que
contemplen la crítica a la identidad y a la hiperidentificación contemporánea como
obra en sí misma, desde un enfoque que trascienda lo meramente formal para
establecer su pertinencia en el contexto contemporáneo. Se trata de asumir el
tema contemplando que entender los esquemas de las nuevas participaciones
públicas vinculadas a la tecnología y su uso, y que permiten la
despersonalización desde el territorio del arte, implica generar estrategias
para una toma de conciencia de los alcances de los dispositivos e interfaces en
uso, si además de su popularización no se contempla su deconstrucción y reutilización
en provecho de la toma de decisiones sobre la manipulación que por su medio
imperará en el futuro.
Otro nivel de observación relacionado con la parte práctica del trabajo, se
concentrará en los resultados específicos de la participación en redes, de
manera que sea posible definir con mayor claridad cuáles estrategias de
acercamiento fueron mejor aceptadas, cuáles generaron empatía y cuáles no
pudieron sobrevivir. Para ello, cada uno de los personajes contará con un
perfil definido que haga énfasis en particularidades de carácter, según la
observación que se desee realizar y posteriormente evaluar cualitativamente.
[1] El
filósofo Javier Echeverría distingue tres entornos sistémicos desde los cuales
los humanos hemos entendido y percibido la realidad. El primero es
característico de sociedades primigenias y obedece a la dependencia de la
producción agrícola. El segundo implica a sociedades urbanas que han dado
cobijo a estructuras complejas como la democracia, la ciencia y la revolución
industrial. Este entorno, según el autor, está llegando a su fin como forma
dominante en la actualidad. El tercer entorno es el último estadio construido
por los humanos en el proceso histórico de adaptación y control de la realidad.
En él la cuestión a debatir es la creación de nuevos dispositivos mediales que
funcionen como agentes para la ubicación, reubicación y entendimiento de la
información electrónica como un área indeterminada en la que las implicaciones de
orden público son decisivas. Echeverría, Javier. Los Señores del Aire:
Telépolis y el Tercer Entorno. Barcelona. Destino, 1999.